¡Hola! Hoy toca una receta de esas que no tiene pérdida. Es súper sencilla y te hará un gran servicio en desayunos, tostadas y postres. Te estoy hablando de una mermelada de arándanos sin azúcar. Sí, sí, has leído bien: sin azúcar. ¿Cómo puede ser esto? Gracias al dulzor de la fruta y a su caramelización en el fuego y a que las semillas de chía le dan la textura a la que estamos habituados cuando hablamos de mermelada.
La chía, como también le pasa al lino y a algún cereal, tiene una alta concentración de mucílagos, que son un tipo de fibra soluble que al entrar en contacto con un líquido multiplican su tamaño y hacen que se genere una especie de gel. Y así conseguimos una gran mermelada sin una gota de azúcar añadido.
Ingredientes
- 1 taza de arándanos congelados
- Zumo de 1 naranja
- 1 cucharada (15ml) chía
Elaboración
- Pon una sartén a fuego medio y añade los arándanos congelados y el zumo de naranja.
- Vete chafándolos un poco.
- Cuando veas que empiezan a deshacerse, vierte la cucharada de chía y cocina durante 5 minutos o hasta que empiece a espesar.
- Puedes triturarla o dejar los cachitos.
En esta receta las variaciones son infinitas. Puedes cambiar el tipo de fruta y usar fambruesas, naranja, fresas, etc. También puedes cambiar el zumo de naranja por algo de limón o incluso agua (pero el limón le da su aquél). Si quieres aromatizarla el cardamomo va genial y sino, prueba rallando un poco de jengibre… ummm, ¡delicioso!
Puede ser que si estás acostumbrada a utilizar mermelada comercial o de la casera de toda la vida (con azúcar añadido), esta te parezca un poco sosa. Así que no te cortes y añádele un dátil o dos. La cosa es que esté a tu gusto y la disfrutes.
Espero que te haya gustado esta receta y que te pongas a prepararla para que tus próximas tostadas tengan una buena cucharada de esta mermelada healthy. A mí, como más me gusta es como base en un yogur. Me recuerda a las copas de cristal que venden en los súper mercados, pero más casero y rico imposible.
¡Feliz día!